Me lo digo muchas veces para encontrar reposo. Él no quiere que vuele con las orejas o bata los records olímpicos de remo, quiere que me esfuerce sin dobles intenciones, que mi mirada nmo lo pierda de vista.
En muchas ocasiones mi debilidad aparece como un gigante que pesa más que la tierra misma, parece que no hay otra cosa en el mundo que encontrar un momento para uno mismo sin contar con nadie, parece que nos islamos del resto de la vida y frente a nosotros, un cruce de miradas, un momento mal empleado y ocioso, cualquier despiste o error te ponen por un instante ante la posibilidad de desobedecer, de ser infiel a tu Señor, de ser egoísta por un mísero viejo momento. ¿Qué hacer?
Mucha suerte tengo si con toda la repugnancia del mundo y sin sabor comienzo a rezar, me digo, cuando acabe este rosario, luego si tal ya veré.....si tengo esa suerte ya he ganado, me han sostenido.
Si no brota la oración hay dos caminos, comenzar el diálogo, la peor de todas, porque no se vence con razonamientos, seguro tú también lo tienes visto y la otra es con la balanza, si hago esto o aquello con éste o aquel, romperé mi relación con el Señor, lo mandaré azotar, es más yo mismo estaré empuñando el látigo, habré pasado a gritar ¡crucifícalo! y a ladrar como otro mastín más, me sé tan poca cosa, que busco en ese instante tan apremiante los ojos del Señor, su rostro, más concretamente su mirada, si él me mira todo terminará y seguiré en pie, a puro latido digo "Jesús" y alguna cosa más que te sonará cursi si la lees escrita fuera del contexto de necesidad extrema, en mi pobreza espiritual y corporal, que abarca junto a mi espíritu toda mi pobreza personal.
Experimento el abrazo de Dios en la oración, junto al sagrario, él está allí, ¿cómo no vas a verlo más a menudo? me digo y es alucinante el privilegio de compartir con él, allí hecho "cosa" en un aparente pan por estar conmigo aquí de camino, Jesús es tan GRANDE, tan DIOS, que me enseña a amar mientras repasamos las cosas y sucesos del día o lo por venir en la jornada, que también para muchas cosas necesitamos un cable, he escrito muchas, si te digo que todas, dirás que exagero, pero te digo que son todas, porque si dejas que él entre en todas verás que salen mucho mejor, pero que muchísimo mejor, incluso las que salen al revés de como pensabas, porque a los pocos días ves que era con mucho lo mejor que podía pasar por los acontecimientos sucecidos después. ¿Cómo es posible que muchas veces estemos tan solos allí en la iglesia?
Si pudiera hacerme pequeño y entrar por esa puertuca, pasaría la noche durmiendo con él, él, que se ha hecho mi alimento para que lo coma y de él me alimente, locura de manjar que fortalece, anima, despoja, une, adhiere, eso es, adhiere, mi alma se pega a él y aprende de cada pasaje del evangelio cómo es nuestro Señor, su carácter, su manera de ver y hablar, lo que hace, lo que me dice. ¿y sabes dónde acabas descubriendo a Jesús?
En todos los hermanos.Dios está aquí entre nosotros vivo y resucitado, como él quiere de la forma que él quiere, que si entre varios, que si sacramentado, que si en los curas, que si en todos los que se acercan a ti hoy, conócelo, mira cómo te mira, ven y verás. ¡qué sí!