domingo, 25 de diciembre de 2011

Es hora de despertar

Muchos de nosotros  de niños recibimos una educación primaria de religión y un curso de preparación para hacer la Primera Comunión. Fue la catequesis.

Tal vez nunca más hemos buscado más documentos y en cambio sí hemos recibido frases, discriminaciones, opiniones no fundamentadas, escoradas, deformadas, etc. sobre lo que dice nuestra Madre de nosotros sus hijos homosexuales; los gays. 

No sabemos bien hasta que punto cada información ha ido hiriendo nuestro corazón, grabando en él rechazo, victimismo, aislamiento, etc. que a medida que nos adentrábamos en el mar tempestuoso de la tiniebla nos iba alejando cada vez más, ensordeciendo, cegando, embruteciendo ante cualquier palabra de amor que nos llegara  prejuzgando que tarde o temprano saldrían a flote las posturas radicales hacia nosotros en vez de tomarla contra el pecado.

Es muy fácil decir que una prostituta y un maricón son pecadores, lo que es realmente difícil es tener los ojos despejados para poder decirlo de modo que limpien los nuestros para ver.

Hermanos, hoy nace Dios para permanecer en nuestros corazones, las navidades y fiestas pasan, la Natividad permanece. 1250 años después de Moisés nace Jesús en un portalillo el año 750 de la fundación de Roma, año 40 del imperio de Augusto, en plena pax del mundo civilizado nace el Príncipe de la Paz donde había sido profetizado por Miqueas; en Belén de Judea. Un buen día para emprender el camino por la Vía Láctea celestial. Tomaremos la buena leche maternal (con la ayuda) de María, nuestra madre para tomar cargar connuestra cruz y seguir a su hijo, nuestro Hermano en quién estamos salvados en esperanza y por quién hemos alcanzado la filiación de Hijos de Dios, nuestra dignidad imborrable al recibir por gracia, don y regalo divino, las aguas del Bautismo.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos, absolutamente todos los pecadores hermos recibido ese maravilloso regalo de la filiación divina en Jesucristo, del todo inmerecidamente. Hoy es un dia de gozo en el que, a través de la mirada amorosa de María, nos atrevemos a contemplar esas manitas y esos piececitos de Alguien que nos ama con pasión divina, con poder incorruptible,con ternura infinita...
Las humillaciones son la sabia medicina que a veces el Señor nos da para abrirnos los ojos y que veamos lo poquita cosa que somos, y lo grande y maravilloso que es su Amor y todo su ser.
Su Perdón misericordioso es bálsamos que Él derrama en nuestras heridas, curándolas, sanándonos por dentro y por fuera también.
En Él toda nuestra vida entregada, confiada, y gozosamente abandonada.
Un fuerte abrazo, querido Theo.
¡Feliz y santa Navidad!
:)

Anónimo dijo...

¡Feliz Navidad! ¡Viva Cristo Rey!

Theo dijo...

¡¡Feliz Navidad hermanos!!

Miriam dijo...

Hoy sí me pongo a leer con calma

Y al leer esta entrada, me pregunto como se hace para superar esas heridas en el corazón?
Me gusta lo que dice Felicitas, que las humillaciones son medicina... pero a veces es tan tan amarga¡¡¡
Me quedó grabado un comentario tuyo, Theo, sobre que ... (espera que lo busco) "si no te pones a servir sin importar más que el amor con el que sirves, Inutilidad santa" De entenderlo, lo entiendo pero... ¿como se lleva a cabo?