sábado, 6 de agosto de 2011

Deja que te lo quite.

Cuando oyes que Cristo no quita nada se refieren a nada válido y útil en ti. Pero ya lo creo que Jesús, nuestro Señor y amigo nos quita cosas; los agobios,nuestro pecado, los enredos por entrar por caminos retorcidos con maldad y mentira, las puñaladas de los cercanos, los embrujos y maldiciones de los que nos envidian o desean, nuestros apegos al pecado habitual, la coraza que nos insensibiliza frente al hermano, la crueldad y la mentira de nuestros corazones. Cristo limpia y desinfecta nuestro corazón. ¿Te has parado a pensar lo que supone que la pureza, la luz, la perfección misma tenga que venir como un criado a nuestra miseria a limpiarnos la casa? Bueno, pues no dejes que vuelvan los que ensuciaron y transformaron tu templo en una pocilga o cuadra de bestias. Me refiero a los espíritus inmundos que una vez invitaste a tomar señorío en tierras con tu rebeldía, tierra y cielo que sólo deben pertenecer a tu buen Padre y creador que tanto te ama.




Tú no puedes quitarte el peso de encima, la tristeza, el agobio, tal vez la desesperación por verte allí encerrado, sucio, entrampado. Deja que Él te limpie. Medita en la Pasión. Fue por amor. Aprende a amar así, yo me siento todos los días en la escuela en la que Jesús es Maestro. lee la Biblia, participa en la Eucaristía, frecuenta los sacramentos, escucha las reflexiones de tus hermanos en la fe en la blogosfera, ten un confesor y sigue sus consejos, reza, lee a los santos, extiende las manos que todo lo demás lo hará el señor si tú le dices VEN JESÚS!!!






¡¡Ven JESÚS; ordena y habita-cena con nuestro PADRE y tu ESPÍRITU SANTO en mí !!