sábado, 23 de abril de 2011

Tu piel y mi voz

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento.

 Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados.

 El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos.

El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.


 Tengo cerca a mi defensor,

 ¿quién pleiteará contra mí?

Comparezcamos juntos.


¿Quién tiene algo contra mí?

Que se me acerque. Mirad, el Señor me ayuda,

¿quién me condenará?





En la sentencia tendrás razón,

en el juicio resultarás inocente.


 
 
 
«Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en un pueblo numeroso. Yo bajaré contigo a Egipto, y yo te haré subir; y José te cerrará los ojos.»
 
«Yo soy José, vuestro hermano, el que vendisteis a los egipcios. Pero ahora, no os preocupéis, ni os pese el haberme vendido aquí; para salvación me envió Dios delante de vosotros. »




Mirad que yo os mando como ovejas entre lobos: por tanto, sed cautos como serpientes e ingenuos como palomas. Pero tened cuidado con la gente, porque os llevarán a Ios tribunales, os azotarán en sus sinagogas y os conducirán ante gobernadores y reyes por mi causa, como prueba contra ellos y contra los paganos.

Cuando os entreguen no os preocupéis por lo que vais a decir o por cómo lo diréis, pues lo que tenéis que decir se os inspirará en aquel momento; porque no seréis vosotros los que habléis, será el Espíritu de vuestro Padre quien hable por vuestro medio.




Y miles de rincones que seguro te vienen a la cabeza ahora y son signos para descubrir lo que sucedió después ya que Dios camina con nosotros: salía a pasear por el Paraíso para encontrarse con nuestros padres y salió desterrado Él mismo con nosotros tras la caída de sus amados.Saber como desde el principio  Dios va desvelando su Plan de salvación es asombrarse al conocer que ese plan es el propio Salvador, es una persona, es la segunda persona de la SANTISIMA TRINIDAD misma nuestra salvación y desde ese momento del Bautismo es nuestra propia vida Él mismo.Cristo Espíritu Santo y  Padre. Cada persona distinta con nuestras personas distintas en unidad de comunión formamos el mismo cuerpo en el encarnado. Del costado de Adán saca Dios a Eva, del de Cristo la perfección de la Iglesia santa;  unidos en una misma carne con Dios; piedra del mismo monte pero no en una masa sino en una edificación, no se consagra manzanas y agua sino vino y pan que requieren la participación. Nuestra fe es con el resultado de la participación de todos. Es Jesús mismo. El que nos ha salvado y dispone esa salvación así de esta manera participada con el don. Tu fe te ha salvado es esa invitación a la participación a cultivar. Cultivar un campo y meditar lo que acontece en él y descubriremos todos de que forma tan sencilla Dios puede explicarse él mismo usando nuestro entorno, nuestras palabras. Él es Jesús. Yo soy nos dice y oímos su voz.

Dios en su humildad emplea nuestras palabras humanas y con ellas puede significar y conferir su permanencia a nuestras cosas, al emplear nuestras voces se vale de todo lo creado por Él y así mirando a Cristo Jesús Palabra de Dios comprendo la dimensión alcanzada por cada palabra que pronuncio como signo de Cristo. Por Él, por su hijo es por eso que Dios entero está atento a cada una de ellas y las escucha. Es una participación obediente no en la esclavitud del pecado sino en la libertad de los hijos de Dios hermanos de Jesús llamados por Él mismo sus amigos.

¿Y cómo hablamos nosotros con Dios?  para saberlo hay que fijarse en el que escucha.

La piel de Dios. De la palabra de Dios tomo esto:

"endurecí el rostro como pedernal"


La ayuda del Señor es precisamente la apariencia de su piel: Cuando vas a  tocar una piedra lo haces de forma distinta que cuando vas a tocar acero, madera, seda ó cristal, cartón ó un pétalo de la flor. Dios presenta el caparzón de un galápago a los ensordecidos por el pecado para facilitarles y ayudarles a hablar con Él. a medida que su gracia opera en sus hijos su piel va pasando de escamas, a fínísima textura más tierna que la de un bebé.  De una superfortaleza acorazada a la desnuda indefensión  más absoluta. Cuando Dios nos perdona en la confesión los que contemplan su rostro enmudecen y gozan vistiendo al hijo pródigo de Dios y de María como a Dios mismo.  Dios es MISERICORDIA  para poder cantar con todo el Cielo por días sin término.

Ante un coloso hablamos de una manera en tono y forma y expresiones que no se comprenderían frente a un bebé. Nuestra violencia es mitigada por el que nos escucha, como cuando nos habla un peón obrero, un pescador, un ganadero, un universitario, un doctor, un sacerdote, nosotros mismos ayudamos al diálogo comprendiendo sus expresiones y modos y trato. Dios obra de manera semejante, la piel de Dios, su rostro aparenta un material que nos auxilia. Todo en Dios es entrega. Todo en nosotros debe llevarnos a esa misma entrega.

En esa vía vamos conociendo la magnitud del pecado mortal, del venial, de las faltas, de la sencillez y humildad de Dios mil veces más tierno que un bebito pleno de sabiduría, potencia, fuerza, gloria, honor, majestad, madurez,ser. Aprendemos a perdonar y amar a nuestros enemigos más violentos: Cuantas veces oímos gravedades y encima ponemos la parte más blanda de nosotros para recibir el golpe y mostrar el moratón con más escándalo y justificar nuestro rencor y falta de misericordia.  Cada vez hacen falta menos palabras  con Dios y de cada una pueden pasarse las horas meditando. Dios es inagotable con una sola palabra suya.  Él es el alimento del alma.

La Palabra  que es Dios vivo es nuestro pan.

Cada hermano lleva el nombre que Él le ha dado así que a mis ojos es el portador de la Palabra de Dios más próximo que tengo y el mismo Dios pronuncia frente a mí y he de procurar descubrir el rostro de Jesús en él por deforme y enfermo que me parezca el hermano tengo que acercarme a buscar su rostro en oración y comunión con nuestro Padre y auxilio de nuestra Madre porque sé que al mismo VERBO ENCARNADO encuentro.

Cuando tu hermano aparece frente a ti es Dios es el que pronuncia así que no salgas corriendo ni por peteneras ni vengas con prisas, programas y planes y monsergas, lo sabe todo y algún día sabrás porqué, él te abrió el oído y te dió lengua y todo lo que llevas encima suyo es así que tú pon el rostro adecuado que auxilie y escucha bien porque  ahora es Dios quien te habla.

¿Cuál es tu piel cuando él te habla?


Hablo con Dios y puede parecer algo importante pero lo realmente valioso es que Dios me escucha  y  que  él es Trinidad y  me habla y hasta hablo en lengua Dios con mis hermanos.
 
La humildad de Dios en mi cruz me silencia. 











jueves, 21 de abril de 2011